Tratamiento para Hernia Quirúrgico Convencional
El tratamiento de las hernias es un aspecto muy importante de la prevención de las mismas.
Una vez diagnosticada la afección, su médico le recomendará un plan de tratamiento adecuado. A continuación se indican los tratamientos más comunes para las hernias.
Las hernias son una condición médica muy común. Existen diferentes tipos de hernias, como las inguinales y las umbilicales.
El tratamiento quirúrgico convencional para una hernia es el mismo independientemente del tipo o la ubicación de la hernia, pero algunos pacientes ven también otras opciones.
Una hernia se produce cuando una debilidad en la pared abdominal, a menudo debido a una lesión o tensión, permite que los tejidos que se encuentran debajo de la piel empujen a través de ella.
Una hernia es una protuberancia en la pared abdominal. La pared abdominal es la pared de su abdomen, que está formada por músculo, fascia (un tejido duro que une los músculos) y piel.
En la mayoría de los casos, se puede recurrir a la cirugía para tratar las hernias, reparándolas o extirpándolas por completo. En algunos casos, la cirugía puede no ser necesaria. Por ejemplo, si tiene una hernia inguinal -situada cerca del punto en el que la ingle se une al abdomen- su médico puede recomendarle que lleve un braguero para mantener todo en su sitio hasta que se cure por sí solo.
Las causas de las hernias incluyen:
Las causas más comunes de las hernias son:
- Defectos de nacimiento - Las hernias pueden producirse durante el parto, como resultado de una intervención quirúrgica previa o si se ha nacido con un defecto anatómico en la pared abdominal.
- Tensión muscular - Esta es la causa más común de las hernias inguinales. Se produce cuando los músculos del abdomen se estiran con el tiempo y se vuelven demasiado débiles para sostener órganos internos como los intestinos y otros órganos que cuelgan de la pared abdominal.
- Tos persistente: el embarazo también puede aumentar la presión sobre los órganos circundantes, haciendo que sobresalgan a través de las zonas debilitadas de la capa muscular de la pared abdominal. Si esa zona se ha debilitado aún más por cirugías anteriores u otros acontecimientos, entonces la tos puede ser suficiente para causar una ruptura en esta zona debilitada (hernia).
Defectos congénitos que están presentes al nacer;
Las hernias congénitas están presentes al nacer. Pueden ser pequeñas y pasar desapercibidas o pueden ser grandes y requerir cirugía. En la mayoría de los casos, las hernias congénitas suelen repararse durante la infancia.
Las hernias de hiato son el tipo más común de problemas gastrointestinales en los niños, pero pueden no causar ningún síntoma hasta la edad adulta.
Tensión muscular debida a levantar objetos pesados;
Si tiene una hernia, es importante que evite levantar objetos pesados y hacer esfuerzos durante la defecación. Es posible que también tenga que evitar tumbarse boca abajo o de lado durante largos periodos de tiempo.
Tos persistente;
- Tos persistente:
La tos persistente puede provocar hernias al forzar los músculos abdominales.
Sobrepeso u obesidad; y
- Tiene sobrepeso u obesidad.
- La obesidad es un factor de riesgo para padecer una hernia.
- Las personas obesas tienen más probabilidades de desarrollar una hernia complicada que las personas no obesas. También tienen una mayor probabilidad de tener una hernia recurrente o una hernia estrangulada.
Cirugías previas.
Estos factores le ponen en riesgo de desarrollar una hernia. Si se ha sometido a cirugías previas, hable de su riesgo con su médico. En algunos casos, la cirugía puede ser la causa de una hernia.
La cirugía puede ser la causa de una hernia. La cirugía también puede dificultar la detección o el tratamiento de una hernia existente debido al tejido cicatricial y a otros cambios que se producen en el cuerpo durante la cirugía.
Algunas personas no presentan síntomas. Otras experimentan dolor y sensibilidad en el lugar de la hernia.
La zona puede hincharse, enrojecerse y calentarse. Puede sentirse como si algo sobresaliera del abdomen.
Algunas personas no presentan síntomas. Otras experimentan dolor y sensibilidad en el lugar de la hernia. La zona puede hincharse, enrojecerse y calentarse. Puede sentirse como si algo sobresaliera del abdomen.
El síntoma más común de una hernia es el dolor en la ingle o en la parte superior del muslo que se produce al levantar objetos pesados o al toser. Una sensación de hinchazón o abultamiento en la ingle también puede indicar una hernia, aunque este síntoma puede ser difícil de detectar cuando se está sentado o de pie debido a la postura natural.
Otros posibles síntomas son:
- Hinchazón dolorosa que se desarrolla gradualmente con el tiempo a medida que el contenido abdominal (como el intestino) ejerce presión sobre los tejidos circundantes.
- Distensión abdominal: aumento de tamaño debido a la acumulación de gas o líquido.
- Secreción sanguinolenta que sale por una abertura cercana al lugar donde fue operado
Los síntomas de la hernia tienden a empeorar con el tiempo y pueden dar lugar a complicaciones potencialmente mortales si no se tratan.
Esta afección puede requerir un tratamiento inmediato por parte de un profesional sanitario cualificado.
Los síntomas de la hernia tienden a empeorar con el tiempo y pueden dar lugar a complicaciones potencialmente mortales si no se tratan. Esta afección puede requerir un tratamiento inmediato por parte de un profesional sanitario cualificado.
Si tiene dolor en el lugar de la hernia, hinchazón, enrojecimiento y calor a su alrededor, o siente que algo sobresale del abdomen, póngase en contacto con su profesional sanitario inmediatamente.
El ejercicio y el entrenamiento pueden ayudar a fortalecer los músculos abdominales.
Plastia inglinal y colocación de malla.
Los tratamientos de las hernias han mejorado con el tiempo
La operación de hernia se realiza en un quirófano. El cirujano hace un corte por debajo del ombligo y extrae el saco de la hernia. A continuación, coloca una malla o injertos de malla para ayudar a la cicatrización y reforzar la pared abdominal.
La cirugía de hernia es segura y eficaz, pero cualquier intervención importante conlleva riesgos, como infecciones o hemorragias.
También debe saber que algunas personas pueden necesitar otra operación más adelante para eliminar el tejido sobrante o reparar una zona que no haya cicatrizado correctamente tras la primera operación. Si le preocupa este riesgo, hable con su médico sobre las medidas que puede tomar para ayudar a reducirlo antes de elegir la cirugía como opción de tratamiento principal para la reparación de una hernia.
Conclusión
Los tratamientos de las hernias han mejorado con el tiempo. Los tratamientos incluyen la cirugía, pero hay muchas opciones no quirúrgicas disponibles hoy en día. Con los cuidados y el plan de tratamiento adecuados, la mayoría de las hernias pueden tratarse con éxito y evitar que vuelvan a aparecer en el futuro
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